En los versículos 10 a 12 el resultado inmediato fue que “todo el pueblo se fue a comer y a beber y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado” (v. 12). No debería haber nada más gozoso que un corazón que entiende la gracia y la bondad de Dios para con su pueblo. ¡Ojalá que más mensajes predicados condujeran a ofrendar espontáneamente, regocijarse y festejar! El ministerio de aquel día resultó, finalmente, en que el pueblo llevó
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